Blockchain, aplicaciones tributarias, China y Smart Law
- Felipe Avendaño Meneses

- 4 may 2023
- 7 Min. de lectura
2021
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China es una reconocida potencia mundial. Es un gigante de la tecnología, también a nivel mundial, y ha descubierto, al igual que muchos gobiernos del mundo, el impactante efecto que la tecnología blockchain puede llegar a tener en materia de gobernanza y particularmente de gestión tributaria. En 2015, el gobierno chino incluyó blockchain en su Plan Nacional de Informatización "Decimotercer Quinquenal". Desde entonces vienen aplicando la tecnología en la vida diaria[1]. Los impuestos no han sido la excepción.

Miaocai Network (miaocaiwang.com), por ejemplo, es una empresa emergente en China, certificada por la Administración Estatal de Impuestos de China, que presta un servicio especializado como operador de sistemas de impuestos y facturas electrónicas. Atiende a empresas, organizaciones e individuos chinos. Miaocai Network ha creado una plataforma para el intercambio de servicios de finanzas e impuestos. Esta empresa tiene un papel importante en el sistema nacional de seguridad de datos económicos, y trabaja con la cadena de asuntos gubernamentales de China, llamada GACHAIN, para lanzar un sistema de facturación electrónica de impuestos basado en GACHAIN y servicios de recaudación de impuestos.
El director de Miaocai Network, Jie Du, ha dicho en una entrevista lo siguiente:
“China’s tax collecting procedures feature slow tax reporting times and insufficient coordination. By making use of the unrivaled advantages of blockchain technology, together with the GACHAIN team, we are integrating core finance and tax business (such as social tax collection and electronic invoices) into GACHAIN, and by taking advantage of GACHAIN’s ability to regulate, trace back, and circulate documents easily, prevent falsification, high rate of concurrency, and external interface benefits, we can cover the entire process workflow from electronic invoice generation through the end of the process without increasing costs for those involved. Our corporate clients, while enjoying the benefits of streamlined processes and ease of use, simultaneously go through the tax reporting process, and taxation authorities can monitor the route of every electronic invoice in real time. The public can also check the validity of every document, thus simplifying the entire business process, increasing convenience and transparency, and putting a curb on invoice-related problems”[2].
Una traducción nuestra, con riesgo de resultar imprecisa, sería la siguiente:
“Los procedimientos de recaudación de impuestos de China presentan tiempos de declaración de impuestos lentos y una coordinación insuficiente. Al hacer uso de las ventajas inigualables de la tecnología blockchain, junto con el equipo de GACHAIN, estamos integrando el negocio principal de finanzas e impuestos (como la recaudación de impuestos sociales y las facturas electrónicas) en GACHAIN, y aprovechando la capacidad de GACHAIN para regular, rastrear , y circular documentos fácilmente, previniendo la falsificación, la alta tasa de concurrencia y los beneficios de interfaz externa, podemos cubrir todo el flujo de trabajo del proceso desde la generación de facturas electrónicas hasta el final del proceso sin aumentar los costos para los involucrados. Nuestros clientes corporativos, mientras disfrutan de los beneficios de los procesos optimizados y la facilidad de uso, pasan simultáneamente por el proceso de declaración de impuestos, y las autoridades fiscales pueden monitorear la ruta de cada factura electrónica en tiempo real. El público también puede verificar la validez de cada documento, lo que simplifica todo el proceso comercial, aumenta la comodidad y la transparencia, y pone fin a los problemas relacionados con las facturas”.
Como puede observarse, el gobierno chino no tiene planes de permanecer en el pasado, como aparentemente nos vemos forzados quienes habitamos latitudes resistentes al cambio. La idea de una infraestructura sencilla, transparente y segura, para la gestión tributaria, y que además sea útil tanto para el Estado como para los particulares, es una idea que, a pesar de lo obvia, no ha sido fácil de materializar en nuestro continente. De ahí la importancia de esta tecnología, pues nos abre las puertas, así como la opción de edificar, sobre la base de las tecnologías de registro distribuido, superestructuras inteligentes que recauden nuestros impuestos, que faciliten nuestra gestión tributaria y que garanticen la correcta inversión del dinero público de acuerdo con la constitución y la ley.
Las ambiciones del gobierno chino no son pequeñas. Junto con empresas de tecnología de punta, los chinos han diseñado lo que nosotros consideramos ejemplares estructuras de gobernanza automáticas basadas en tecnologías de registro distribuido. Shenzhen ChainHold Technology Investment CO., Ltd., es una firma de tecnología blockchain internacional, con influencia tanto en China como en otras partes del mundo. Esta compañía, junto con las autoridades chinas, está desarrollando GACHAIN, que es una gran cadena de bloques que gestiona bases de datos distribuidas.
El CEO de ChainHold, Lin Wan, ha manifestado lo siguiente:
“The difference between GACHAIN and existing blockchains lies in its unique algorithm of Smart Law, which migrates existing policies, laws, and regulations to GACHAIN and has a hierarchy of administration. All smart contracts are administered within the framework of Smart Law and developed separately in accordance with the needs of government bodies. The business of the government bodies is handled separately as part of an integrated organism. It’s safe to say that GACHAIN is a sovereign blockchain that puts the decision making and regulatory rights into the hands of the government, meanwhile enabling every citizen to control his digital assets in GACHAIN. This will facilitate Chinese government control over blockchain projects and ICO”.
Una traducción nuestra, con riesgo de resultar imprecisa, sería la siguiente:
“La diferencia entre GACHAIN y las cadenas de bloques existentes radica en su algoritmo único de Smart Law, que migra las políticas, leyes y regulaciones existentes a GACHAIN y tiene una jerarquía de administración. Todos los contratos inteligentes se administran en el marco de Smart Law y se desarrollan por separado de acuerdo con las necesidades de los organismos gubernamentales. Los asuntos de los órganos de gobierno se manejan por separado como parte de un organismo integrado. Es seguro decir que GACHAIN es una cadena de bloques soberana que pone la toma de decisiones y los derechos regulatorios en manos del gobierno, mientras permite que cada ciudadano controle sus activos digitales en GACHAIN. Esto facilitará el control del gobierno chino sobre proyectos de blockchain e ICO”
El concepto de Smart Law puede traducirse, al castellano, como “derecho inteligente”. Es de celebrar que este término ya esté empleándose, pues ese debe ser el futuro del derecho. Nos estamos imaginando una sociedad con contratos inteligentes, dinero inteligente y hasta derecho inteligente. Los contratos inteligentes pueden autoejecutar derechos u obligaciones contractualmente pactados. El dinero inteligente puede cambiar de titular o propietario en forma automática y en función de los negocios o contratos jurídicos celebrados. Y el derecho inteligente podría poder “auto-aplicar” el derecho en la sociedad, del mismo modo que los contratos y el dinero inteligente. Un campo en donde esto resulta muy útil es en materia de administración pública y derecho administrativo en general. Como abogados, entendemos que el margen de aplicabilidad de la tecnología puede dar lugar a que debamos replantearnos muchas instituciones tradicionales del derecho administrativo y de la relación que el Estado juega en nuestra sociedad. Muchas de las cosas que el Estado hace pueden transformarse.
Otro sector que cambiaría de dinámica sería el judicial. Esto ayudaría, entre otras cosas, y si se emplea desde el contexto institucional, a descongestionar, cuando sea posible, las actividades del poder judicial. Pero, además, esto ayudaría a simplificar la vida de la gente, así como a aliviar las fricciones y preocupantes tensiones que muchos países del mundo vivimos por la incomunicación existente entre los gobiernos de turno y los ciudadanos. Un mundo basado en sistemas jurídicos inteligentes: esa podría ser la gran misión de los futuristas para superar los varios siglos de corrupción y malversación de la riqueza de nuestro continente. Más interesante: esto supondría una superación de la idea tradicional del Estado, por una idea diferente, en la que el Estado, los ciudadanos y la tecnología se fusionan en una compleja dinámica para gestionar el poder y al mismo tiempo para facilitar la administración de los aspectos que nos permiten tener una vida basada en el concepto de “Estado de Bienestar”.
El ejemplo chino es valioso porque refleja cómo las autoridades oficiales de ese país reconocen la utilidad que puede tener la tecnología para la simplificación de los asuntos propios del Estado. Sin embargo, China no es el mejor ejemplo de uniformidad de criterio. Por ejemplo, China prohibió, en su territorio, todas las operaciones celebradas con criptoactivos como bitcoin. La satanización de bitcoin en China no creo que se deba exclusivamente a que sea un activo que no tenga valor para los chinos. Sospecho, en cambio, que es tanto el valor que tiene, que resulta una amenaza para su política económica y monetaria. En China prohíben el bitcoin, pero utilizan su tecnología para adaptarla a su modelo de sociedad. Y así como los chinos han creado GACHAIN, una cadena de bloques soberana dentro de la cual el gobierno chino toma decisiones gruesas en materia de gobernanza, así también es posible que los países latinoamericanos, muchos de los cuales gozan de sistemas jurídicos basados en el paradigma jerárquico del constitucionalismo contemporáneo, implementen también cadenas de bloques para sus tareas de gobernanza y para el desarrollo social de sus sistemas constitucionales.
El enfoque en este lado del mundo no debe ser diferente al enfoque chino. Por ejemplo, para nosotros será de mayor solidez democrática una plataforma en donde los ciudadanos, y no solo el gobierno, puedan participar casi que directamente en la toma de decisiones que los afectan, creando un sistema de inclusión pluralista pero orientado por la meritocracia. Esto es algo que esperamos pueda verse en el mediano o largo plazo, y ello tiene, sin lugar a dudas, un impacto importante en materia de democracia, política, derecho y economía.
Nótese cómo la plataforma china descrita está diseñada en forma tal que se aplican las estructuras jurídicas vigentes y vinculantes en el sistema jurídico chino, a la arquitectura de las cadenas de bloques y de los contratos inteligentes creados. Así como pueden llevarse las cuentas de las unidades económicas privadas en cadenas de bloques, también pueden llevarse, en cadenas de bloques, las cuentas de las unidades económicas públicas. Esto incluye todos los presupuestos nacionales, regionales y municipales de todos los países del mundo.
[1] Véase: https://futurism.com/china-to-start-using-blockchain-to-collect-taxes-and-send-invoices [2] Véase: https://www.technocracy.news/china-embraces-blockchain-taxation-electronic-invoice-issuance/#:~:text=Shenzhen%20ChainHold%20Technology%20Investment%20CO.%2C%20Ltd.%2C%20a%20blockchain,of%20this%20year.%20ChainHold%20CEO%20Lin%20Wan%20remarked%3A





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